¡Feliz 2021, adiós maldito 2020!

Acaba de terminar un año raro, de esos que nunca llegué a imaginar que existirían. Un año que empezaba muy bien, con un viaje lleno de ilusión. Era Febrero y Raquel y yo nos marchábamos a Senegal. Bajo el hagstag #Woman2Bassari recorreríamos 15.000 km entre España Y Senegal, pasando por Marruecos, Sahara Occidental, Mauritania llegando a San Louis (Senegal) tras el duro paso por la frontera de Diama, que atraviesa una pista de polvo y arena un parque nacional.

El frío al salir de la Península Ibérica nos abandonó cuando, ya en el Reino Alauí, cruzábamos el Atlas y nos dirigíamos hacia Agadir, en la costa marroquí. Seguimos viajando hacia el sur embutidas en un interminable viento lateral, que nos hacía esforzarnos aún más sobre las motos.

Llegamos a la zona del Sahara Occidental, ocupado desde hace años por Marruecos y aún con las heridas que las guerras y ocupaciones han dejado ahí. Fotocopiar nuestros datos en un montón de papeles hizo que paso por  las decenas de controles militares fuese más ligero. Y allí estábamos una semana después de comenzar este primer viaje del 2020, frente a la frontera de Mauritania.

No nos gustó la carretera recta, interminable, llena de buscavidas, gentuza amargada y paupérrimos pueblos en la costa. No nos gustó la capital, ruidosa, contaminada y hostil, ni sus fronteras, llenas de policías corruptos y malas gentes.  Pero ese es el camino y muchas de las cosas que hay que aprender a superar, se encuentran durante el viaje.

El único viaje del año: Senegal

Senegal fue maravilloso con nosotras, lo recorrimos enterito, desde el norte al sur, visitando durante una de las jornadas más duras el famoso Lago Rosa, Dakar y todas las capitales de sus provincias, hasta llegar a lo más profundo, el País Bassari, una zona llena de tribus, religiones animosas y costumbres maravillosas. Del mar al desierto y de allí a los manglares. Conseguimos recaudar fondos suficientes para comprar la moto a Edouard y vivimos junto con un grupo de altruistas odontólogos (SonrisasPorSenegal) el duro trabajo que durante diez días al año, llevan a cabo.

Y regresamos por los pelos a España, después de haber vivido junto a los amigos de la Cup180, oras tantas aventuras por Marruecos, descubriendo los nuevos caminos y pistas que se utilizarán en esa divertida competición de orientación (que aún no sabemos cuando se podrá realizar). Recuerdo que a los dos días de haber pisado selo español, en Tarifa, comenzó el estado de alarma que está durando casi un año.

Los #RelatosMoteros que nos ayudaron a seguir

Y durante las primeras semanas surgió algo maravilloso en este blog: los «Relatos Moteros» historias, anécdotas de mil y una aventura sobre ruedas que muchos se atrevieron a escribir y regalar a este blog. Fueron momentos duros, pero llenos de imaginación y sentimientos viajeros que recuperábamos través de una pantalla…

Quiero agradecer a todos los que mandasteis vuestros textos para entretener, hacer olvidar o quizás recordar las mejores aventuras. Todos están aquí (os animo a leerlos, hay verdaderas historias-joya) escritos de motoristas de todas las partes del mundo y con una enorme participación de muchas mujeres motoristas, cosa que siempre me anima.

Un año lleno de viajes frustrados, aunque tuve a suerte de hacer un buen grupo para dar una vuelta a la Península y al menos, quitarnos un poco de esas ganas de aventura que quedaban ya en el fondo de una maleta, dentro de un armario y sin fecha de salida. Un año lleno de momentos para reflexionar o momentos simplemente, para perder el tiempo, para relantizar el mundo… Mi libertad, como la vuestra, ha sido mermada, eclipsada por el miedo, emborronada por una falsa libertad y unas medidas de contención inusuales.

¿Quién nos iba a decir que viviríamos una especie de postguerra con toques de queda y la movilidad reducida? Nadie. Aún no sabemos cuándo todo volverá a la normalidad…pero desde luego, que lo estamos deseando.

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