La salida hacia Mauritania fue muy divertida, Raquel y yo nos citamos en una gasolinera del sur de Madrid, camino ya hacia Tarifa. Un buen número de amigos nos esperaba allí para despedirnos, cosa que siempre se agradece…después de la foto de rigor comenzó nuestro periplo hacia el sur.
Teníamos claro el paso por Marruecos, país que ambas conocemos bien. El frío del invierno español nos acompañó hasta cruzar el Estrecho. En dos jornadas estábamos en Marrakech y en un día más en Agadir, cuna del surf en esta parte del norte de Africa.
Un días de descanso en un hostel bastante cutre y alejado de esta ciudad, para reponer fuerzas y continuar ya por la costa hacia el sur, queríamos cruzar cuanto antes la frontera con el país vecino; Mauritania.
En seis días desde la partida atravesábamos la frontera. Marruecos nos dejó imágenes como esta, siempre amables con el turista. Un país seguro para viajar, con mil diferentes paisajes que no te dejan indiferente, aunque entre los beréberes y los árabes siempre hay conflicto, con el turista suelen ser respetuosos.
Si quieres conocer Marruecos, es un buen país para comenzar a viajar. Además, puedes hacerlo conmigo cada septiembre. Si quieres más información, pincha aquí.
MAURITANIA: Corrupción y pobreza
¡Qué decepción! eso es lo que iba pensando mientras recorría los primeros kilómetros nada más pasar una saturada frontera. Atrás dejaba que el viento se llevase el mal rollo de ese puesto fronterizo. Lleno de advenedizos como en otras partes, de buscavidas, de policías corruptos y de engaños.
Sí, de engaños: que si el seguro es obligatorio y la policía te lo va a pedir en todos los controles de la carretera (mentira, no nos lo pidieron en ninguno), que si hay que pagar a este funcionario que te sella el pasaporte, al otro que te hace la importación temporal del vehículo y al de más allá para poder subir la barrera hacia la libertad de ese borde pintado por los hombres…
Normalmente estas cosas no me afectan, tengo el tiempo suficiente para perderlo con una sonrisa delante del hombre en cuestión y esperar a que se canse de verla, dejándome pasar sin el cohecho que exige… pero esta vez tengo, tenemos Raquel y yo, el tiempo justo para llegar a País Bassari y regresar, y nos interesa estar allí el mayor tiempo posible. Así que cuando uno tiene «prisa» no queda otra más que pagar a esta gentuza lo que piden, bueno, lo que piden no, siempre menos…
La salida del país hacia el deseado Senegal no fue diferente que la entrada, de nuevo una frontera llena de corrupción y buscavidas de la peor calaña. Para mí ha sido pagar el peaje más caro de la historia, así quedan las cuentas entre las dos fronteras:
-Visado: 55€
-Frontera de entrada con coimas: 30€
-Frontera de salida: peaje parque nacional (pedían 20€, pagamos 10€), señor en frontera para ¿¿las tribus locales?? (pedía 10€, no pagamos nada), comisario que pone el sello (pedía 40€, pagamos 10€), peaje de la barrera del puente (pedía 10€, pagamos 5€).
MAURITANIA: Los controles de carreteras
Cuando cruzas este país te vas a encontrar con decenas de puestos de policía en la carretera, se dedican a parar coches y pedir papeles. Nosotras llevamos «la fiche» fotocopias del pasaporte con los datos de la moto y de entrada en el país.
Así evitas que ellos lo tengan que escribir y tengas que esperar a pleno sol sobre la moto. Como era muy pesado estar deteniendo la marcha cada 40 km, decidí que saludaríamos y pasaríamos despacio.
Ninguno de los del puesto de control policial salió detrás de nosotras, en el fondo hace tanto calor que ni se mueven. Ralentizar la marcha a unos 20km/h es suficiente para pasar entre ellos saludando como si tal cosa.
El resultado es un viaje más dinámico y menos pesado. Esto se puede aplicar a cualquier mauritano que esté en modo control y quiera que te detengas. Problemas cero. Y si se ponen en medio y te obligan a detenerte, les das «la fiche» y ni te piden el pasaporte, es absurdo.
![](https://aliciasornosa.com/wp-content/uploads/2020/02/Tropico-de-Cancer.jpg)
OLYMPUS DIGITAL C
MAURITANIA: Trópico de Cáncer y Nuakchot
Durante los dos días que hemos necesitado para cruzar el país nos ha acompañado una temperatura de mas de 40 º centígrados, un fuerte viento de tierra a mar y nubes de polvo que hacían las veces de niebla, dificultando la visión más allá de trescientos metros.
Pero esto no nos ha detenido, como tampoco nos ha decepcionado ver las capas de plástico sobre las que las cabras viven en las entradas y salidas de las pequeñas y miserables poblaciones que salpican los arcenes de una ruta única hacia el sur.
El plástico y África, desgraciadamente, son como la lluvia y el marisco en Galicia. Da que pensar, pero al menos yo, me lo esperaba.
La entrada a la capital hace que sigas viendo las grandes diferencias entre los que gobiernan y el pueblo llano. Edificios oficiales como un centro de convenciones perfectamente protegido por hombres con sus fusiles y un verde impecable en el suelo, tras la gran verja de acero, casas llenas de palmeras escondidas tras muros inmensos… la diferencia es notable.
La ciudad es caótica, desordenada y sucia, llena de pequeñas calles aún sin asfaltar donde se mezcla la mugre con el plástico y las basuras.
La gran zona del bazar reúne todo tipo de comercios por zonas, agrupando cada profesión en desordenadas manzanas llenas de locales sucios con la mercancía colgando de sus paredes… esto me encanta, es el desorden africano de sus mercados donde puedes encontrar cualquier cosa si dispones de tiempo para explorarlo.
Nos alojamos en el Albergue Samiraa recomendado por varios viajeros y uno de los amigos del policía del último control antes de la ciudad, que nos ofreció una tarjeta plastificada con la dirección.
Es un lugar tranquilo y barato, con gente joven y viajeros de todo tipo, con lugar para guardar las motos y descansar en una habitación con camas de sobra.
MAURITANIA: lo más bonito del camino
Pero todos los países tienen algo y aunque lleve quejándome de Mauritania todo este post, he de decir que ni he recorrido todo el país ni ha sido tan malo, ha habido un toque de diversión, de disfrutar de lo lindo rodeada de un paisaje increíble.
Para llegar a la frontera salimos pronto de la capital, a eso de las 10 de la mañana y tras visitar el mercado que menciono antes, pusimos rumbo al paso de Diama.
El camino fue duro, la carretera estaba rota y había grandes bancadas de arena que hicieron que desgastáramos energía levantando la Honda de Raquel del suelo en más de una ocasión. Cuando el asfalto encuentra un cruce, hacia el paso fronterizo de Rosso (se cruza en Ferry) o el de Diama (se cruza sobre un puente construido por españoles, casualmente), tomamos el desvío a la derecha.
La pista que atraviesa el Parque Nacional de Oiseaux du Djoudj, es una pista de barro seco, rodeada de unos humedales llenos de juncos, garzas reales y otras pequeñas aves, diminutos embarcaderos de pescadores y secado del pecado, facóqueros que salen al encuentro con sus crías y algún que otro 4×4 que se detienen a preguntar si todo va bien sobre dos ruedas. Disfrutamos de lo lindo sobre nuestras monturas, aún sin saber que nos saquearían en los últimos metros de Mauritania.
Nos quedamos con eso, el buen sabor de boca de cruzar un lugar maravilloso, limpio de plástico y lleno de vida silvestre. Esperamos que la vuelta sea mucho mas placentera y que en mi retina Mauritania, sea sinónimo de belleza desértica y humedales increíbles, de polvo y aventura…pero eso, será a la vuelta.
Te recuerdo que este viaje tiene un ponente complemento solidario, llegar hasta País Bassari y comprar una moto a Eduard, puedes enterarte de esta historia pinchando aquí.
Qué buen viaje, Ali. sigue así, relatando tus aventuras!!!
Que buena aventura!!!!
Mucho ánimo.
Seguir contándonos vuestras historias.
Leerte me trae grandes recuerdos de cuando fuimos a Senegal en coche. Todas las grandes vivencias quedan a veces eclipsadas por la normalización de la corrupción. Son malos ratos los que te llevas, en una batalla perdida…
Tristemente a mi me apso lo mismo en Zanzibar con el plastico…no entendia (o si…) los mares de plastico en los arcenes de las carreteras cuando recorri la isla. Me dolio ver un paisaje tan bonito destrozado por la mano humana, pero quiero llegar a pensar que en su situacion al no tener medios es comprensible, pero tambien muy penoso como la torpeza humana puede llegar a generar eso. Ah entiendes verdaderamene la dimension del problema, por que al vivr en una gran ciudad civilizada, tu tiras tus desperdicios (en mi caso desde hace muchisimos años reciclando todo por separado) y te olvidas por que la voragine de nuestros tiempos no te da ni un respiro para pensar donde iran a parar, pero si escarbas un poco, aun es mas penoso que tu inviertas tu tiempo y esfuerzo en no contribuir a la destruccion de nuestro planeta, y luego te enteres que en España no se llegue ni a reciclar el 30% de lo que generamos. Por lo tanto seguro que somos el animal mas inteligente del planeta, pero tambien es seguro que somo absurdamante tontos….
Que lindo encontrarte
Hola
Te habra llegado mi mensaje anterior
Aqui Bombinhas